Banco San Miguel se encamina a “tierra de nadie”

En la última sesión de la Junta Municipal de Asunción, los concejales aprobaron una medida de no innovar en la reserva ecológica del Banco San Miguel, a raíz de las nuevas construcciones que se están realizando de manera irregular y que se suman a las industrias que están instaladas en la zona pese a ser un área protegida.

La concejala Paulina Serrano propuso la medida de urgencia de no innovar en el área protegida de Asunción, al constatar personalmente una construcción en el sitio durante su visita al lugar. La edil corroboró que se estaba llevando adelante la construcción de una vivienda de dos niveles, sin respetar la Ley 2.715, que declara el lugar como área silvestre protegida, además de ello sin prever un desagüe, lo cual hace suponer que los desechos iban a ir a parar al río Paraguay.

Si bien la Junta Municipal ya había aprobado una resolución anterior de no innovar, N° 3.621/23, esta solo hacía referencia a los tramos de las Costaneras Norte y Sur. Por lo que la concejal instó a sus colegas a aprobar otra medida para el Banco San Miguel, lo cual tuvo el acompañamiento.

Serrano insistió que no se puede permitir que la reserva se encamine a convertir en una tierra de nadie, al no actuar ante las construcciones que se están realizando en el sitio.

Coincidió su colega Humberto Blasco, quien calificó de vergonzosa la construcción e instó a que además de la no innovación, se proceda al desalojo y la demolición de la estructura. Esta propuesta también fue aprobada por la Junta Municipal.

Los concejales resaltaron que pareciera ser que muchas personas no entienden que el Banco San Miguel es un área protegida que tiene un plan de manejo vigente.

Según puede comprobarse al recorrer el sitio, abundan las construcciones de este tipo, además de los astilleros y otras industrias, por lo que urge que el municipio ponga un freno a los atropellos y salve la joya verde de la ciudad de Asunción antes de que sea incontrolable el avance de los ocupantes irregulares.

La instalación de industrias y construcciones en el área genera preocupación debido al impacto ambiental que puede tener en la flora, fauna y ecosistemas circundantes. Es importante preservar la reserva para garantizar la sostenibilidad ambiental a largo plazo.

Con el fin de encaminar la salida de aquellos emprendimientos que ya están instalados y operan en la reserva, el municipio recibió días atrás a los representantes de un gremio de astilleros y amarraderos, para ir avanzando hacia el cumplimiento del plan de retiro previsto en la ley.

Un informe oficial de Catastro de la Municipalidad asuncena reveló que en total, 77 empresas ocupan la costa de Asunción (entre la Bahía y el Banco San Miguel). Aparecen astilleros, amarraderos, caleras, areneras y otros. De esa cifra, solo 12 se encuentran en regla, según dicha dependencia. En la documentación figuran empresas reconocidas que ocupan la reserva y realizan actividades no compatibles con una reserva ecológica, situación que incumple con las medidas establecidas para ese sitio, tal como pudo comprobarse con una de las empresas instaladas allí: el astillero Rasi SRL, propiedad de la familia Zapag, cuyos vecinos reclaman el incumplimiento de las compensaciones ambientales a las que está obligada por un contrato de uso del Banco San Miguel.

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