Caso Pecci: conexión con Pavâo, clave en el montaje del sicario

Las declaraciones del sicario Francisco Correa no resisten ningún análisis y carecen de sustento y valor probatorio. Son varios los puntos que des­virtúan por completo su ver­sión sobre quiénes ordenaron asesinar al exfiscal paraguayo Marcelo Pecci en Colombia. Durante el desarrollo del jui­cio por el homicidio del fis­cal Marcelo Pecci, el pasado viernes, el sicario Francisco Correa formuló graves acu­saciones, a la espera de que el principio de oportunidad lo beneficie con la reducción de la elevada pena e incluso con la posibilidad de quedar en libertad por su colaboración en el proceso investigativo. El fiscal de asuntos interna­cionales Manuel Doldán con­firmó que Francisco Correa declaró el 4 de junio de 2022 que Pecci supuestamente había perjudicado a una per­sona querida por un “expre­sidente” o “presidente” o “patrón”; sin embargo, sus expresiones carecen de sus­tento, ya que aludió que esa persona estuvo en una cárcel de Francia y el punto no coin­cide con ningún paraguayo que se conozca. Esta incoherencia coincide con el dato revelado por el fiscal Doldán, quien compar­tió un mensaje que recibió de parte de una alta autoridad colombiana a la que, por res­peto y discreción, no puede mencionar. “La verdad es que Francisco Luis en este momento tiene en su cabeza una realidad distorsionada, producto de la información que él cono­ció, de manera directa e indirecta, pero también de lo que escucha en medios de prensa locales e internacio­nales, y de las teorías especu­lativas que se generan en los medios”, expresa el mensaje de la autoridad colombiana, que lo leyó el propio Doldán al aire, en una entrevista con Abc Cardinal. Hace un año, en su pri­mera declaración, los inves­tigadores preguntaron a Correa sobre la identidad del supuesto expresidente impli­cado, pero respondió que des­conocía su nombre. Tras esa declaración de Correa vinie­ron a Paraguay el director de la Policía Judicial de Colom­bia y agentes de la DEA con el objetivo de investigar en deta­lle las causas que investigaba el fiscal Pecci. Tras esa visita no pudo recopilarse ningún dato que sustente las expre­siones del sicario. ¿Por qué sorpresivamente ahora sí lo recuerda? ¿Mintió hace un año o lo está haciendo ahora para mostrar una supuesta actitud colaborativa con la justicia para acogerse a los beneficios? ¿O estaría reci­biendo alguna directriz de los narcotraficantes con quienes mantiene contacto en prisión? Son preguntas que, por ahora, quedan sin respuesta. ¿QUIÉN ES FRANCISCO CORREA? Francisco Luis Correa Galeano está acusado por homicidio agravado y fabri­cación, tráfico, porte o tenen­cia de armas de fuego, ya que habría articulado y planeado el homicidio de Marcelo Pecci, desde la ciudad de Medellín, inclusive liderando reunio­nes para asignación de roles, entregando dinero y armas a los demás implicados, y en tal sentido, la Fiscalía de Colombia requeriría una pena de más de 50 años de cárcel para el ahora encausado. Por el momento su condición es la de testigo, pero desde el 19 de enero de 2024 deberá enfren­tar juicio por su activa partici­pación en el crimen del fiscal Marcelo Pecci. Francisco es un exmilitar, se habría retirado del Ejército para posteriormente formar parte de la banda criminal Los Paisas, quienes opera­ron por años en el marco del paramilitarismo en Colom­bia. El sujeto fue capturado junto a otras cuatro perso­nas en junio de 2022 y fue el único vinculado al cri­men, que no aceptó los car­gos. Luego, tras un acuerdo con la Fiscalía de Colombia para eventualmente bene­ficiarse con el principio de oportunidad, decidió apor­tar información. MÁS INCONGRUENCIAS Desde la semana pasada enfrenta juicio otra de las implicadas en el crimen de Marcelo Pecci. Se trata de Margareth Chacón, acusada de formar parte del esquema de los hermanos Pérez Hoyos. En el marco de la audiencia y ante la falta de consistencia en la argumentación del “testigo” de la Fiscalía, el abogado Luis Henriquez, quien es defen­sor de Chacón, impugnó las declaraciones del sicario, no solamente por las incoheren­cias y los llamativos “olvidos”, sino porque el acusado admi­tió que habló exclusivamente para acogerse a los beneficios del principio de oportunidad. Otras de las llamativas incoherencias en la decla­ración de Francisco Correa es que, según su nueva ver­sión, supuestamente Mar­celo Pecci investigó y apresó a un hermano de Horacio Car­tes y de Miguel Insfrán, y que por eso se habría ordenado su muerte. Sin embargo, en rea­lidad el exfiscal Pecci no tenía en sus carpetas a Cartes ni a nadie de su entorno, con lo cual se desbarata de raíz este argumento. BORRÓ AL CHINO DE SU RELATO Correa en sus primeras declaraciones, en junio del año pasado, dijo que había un Chino que tuvo un papel determinante en el homicidio. “Yo no lo conozco ni sé quién es, pero siempre que hablaba con Ramón y con Andrés, ellos me hacían referencia al Chino. Sé que es ciudadano chino o asiático, ellos me lo referían como intermedia­rio entre un narcotraficante de nacionalidad paraguaya y otro al que le decían El Pre­sidente. Creo que es expresi­dente del Paraguay”, respon­dió aquella vez. Pero en su declaración del viernes pasado, Correa ya omitió al Chino en el relato y dijo que Tío Rico y el expresi­dente fueron los que contac­taron con los hermanos Pérez Hoyos y Margareth Chacón. Otro aspecto más que llama­tivo es que las personas a las que decía desconocer y de las que ni siquiera estaba seguro quiénes eran, repentina­mente aparecen con nombre y apellido: Miguel Ángel Ins­frán y Horacio Cartes. El fiscal general del Estado, Emiliano Rolón, informó que de momento no hay nada nuevo en el horizonte inves­tigativo del caso Pecci, según analizaron en una reunión telemática con Colombia. También recordó que el acusado está en busca de una salida negociada y que no tiene una credibilidad asentada.

La figura del narco brasileño Jarvis Chimenes Pavão sería clave en el montaje que pretende instalar el sicario del exfiscal Marcelo Pecci, Francisco Luis Correa, quien llamativamente redireccionó su puntería en la revelación de los presuntos autores intelectuales del atentado perpetrado en mayo del 2022 en la isla turística colombiana Barú.

Francisco Luis Correa, considerado como el “cerebro” del crimen del exfiscal Marcelo Pecci, había declarado inicialmente que la orden provino del líder del clan Insfrán, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico, y el uruguayo Sebastián Marset, vinculados al esquema narco que quedó al descubierto con el megaoperativo A Ultranza Py. Sin embargo, a un año de ese hecho, ajustó su versión sobre quiénes habrían sido los mandantes del hecho.

Al respecto, el senador colorado Derlis Maidana calificó en una entrevista con GEN de una patraña el argumento sin sustento del sicario que ahora busca el criterio de oportunidad para librarse de la condena por el crimen del exagente paraguayo, y cuestionó además que hay sectores interesados en torno a esta declaración.

Surgen varias interrogantes respecto al motivo por el cual el sicario del exfiscal decidió cambiar su declaración luego de un año para ir en contra de un actor político del Paraguay. ¿Quién o quiénes están detrás de este cambio? ¿Cuál es el objetivo final y la motivación para desviar la atención en la investigación?

Un aspecto importante dado a conocer por el abogado de la familia Pecci en Colombia, Francisco Bernate, es que el sicario Francisco Correa está recluido en una cárcel de Cartagena donde tiene contacto con autoridades penitenciarias y además con otros presos, lo cual da argumentos suficientes a la versión de que el mismo tendría relacionamiento con otros narcotraficantes. Su repentino cambio en la versión dada a las autoridades colombianas genera suspicacia y dudas sobre el trasfondo real en el caso que investiga el crimen del fiscal Pecci.

Lo cierto y concreto es que, según los datos objetivos que están a la vista, el fiscal Pecci no tenía en sus carpetas investigativas al expresidente Horacio Cartes ni a nadie de su entorno. Además se suma que el exmandatario tuvo un fuerte combate contra el narcotráfico durante su gestión. Fueron varios los criminales de la mafia que se vieron muy afectados por las medidas que fue aplicando en su mandato, uno de ellos fue el poderoso narcotraficante Jarvis Chimenes Pavão.

Hay que recordar que mediante el operativo “Capricornio”, Jarvis Chimenes fue detenido en Paraguay con fines de extradición el 27 de diciembre de 2009. El entonces fiscal antidrogas, Francisco De Vargas, quien luego fue Ministro del Interior de Cartes, tuvo una alta participación en esta captura. Cuando eso, el narcotraficante brasileño fue imputado por lavado de dinero, asociación criminal y violación de la ley de armas, y fue remitido a Tacumbú por el entonces juez penal de Garantías, Pedro Darío Portillo.

En enero de 2010, Portillo hizo lugar al primer pedido de extradición de Brasil. En febrero de 2015, el juez penal de Garantías, Rubén Ayala Brun, aprobó el segundo pedido hecho por el vecino país.

En mayo de 2014, el entonces fiscal Marcelo Pecci logró la condena del capomafioso, quien recibió 8 años de pena privativa de libertad por lavado de dinero, asociación criminal y violación de la ley de armas.

En julio de 2016, Pavão fue enviado a la Agrupación Especializada de la Policía por orden de Cartes, ya que el reo estaba supuestamente involucrado en el intento de explosionar dinamita en el interior de Tacumbú para propiciar una fuga de internos. Esta medida permitió saber que el condenado gozaba de los lujos de una celda VIP en la prisión, por lo que con su traslado perdió su suite totalmente equipada.

En diciembre del 2017, durante la presidencia de Cartes, se materializó su extradición al Brasil luego de haber compurgado su condena, pese a los desesperados intentos de evitar su salida del Paraguay.

Su extradición no fue nada de su agrado, por lo que Cartes se ganó aún más su enemistad. En julio del 2022, el entonces candidato a presidente de la ANR dio a conocer que fue amenazado con atentados criminales. El aviso provino del propio Gobierno, siendo portavoz el exministro del Interior Federico González, quien lo visitó en su residencia para contarle que existían datos concretos sobre un eventual magnicidio que podría sufrir tras recibir información de inteligencia. Un documento de la propia SENAD expuso que el ataque vendría de Jarvis Chimenes Pavâo en represalia por su extradición. 

Con estos datos cobra fuerza la idea de que el aparente punto común de Cartes y Pecci sería la investigación, condena y extradición de Pavâo en nuestro país, lo cual habría hecho reaccionar a las mafias que operan en el narcotráfico y realizaron el contraataque.

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