Industria aceitera busca replicar modelo argentino para potenciar agroproducción

Plantación de soja. EFE/ WEIMER CARVALHO

Paraguay ocupa el puesto 9 en el ranking mundial de procesamiento de oleaginosas, y con las políticas correctas puede dar el gran salto que permita otorgar el valor a las materias primas agrícolas nacionales o importadas.

La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) realizó una gira técnica por Argentina con una delegación de periodistas, para conocer el funcionamiento de la cadena comercial e industrial de la soja. Allí visitaron la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la Bolsa de Comercio de Rosario, dos instituciones claves en el desarrollo de la agroindustria del vecino país, el cual es el principal productor y exportador de aceite y harina de soja del mundo.

Tal como pudo apreciarse durante el recorrido, resulta de suma importancia contar con una bolsa desarrollada, ya que la misma favorece a toda la cadena agroindustrial, al brindar beneficios tanto para los compradores como para los agricultores.

Si bien en Paraguay funciona desde hace casi cinco años la Bolsa de Productos para los contratos entre productores y comerciantes de granos, esta instancia no genera aún valores de referencia que puedan servir al mercado como una información importante para las negociaciones sobre materias primas como la soja. Por ello una opción es replicar la experiencia de las bolsas de granos de Argentina para potenciar el comercio paraguayo.

Según datos de la Cappro, entre el 2019 y el 2021, Paraguay produjo 9,68 millones de toneladas al año de soja (la principal oleaginosa del país). De este total, apenas el 33% (cerca de 3,15 millones de toneladas) fueron procesadas por la industria aceitera nacional.

En la actualidad, la capacidad instalada para procesamiento es de más de 4,2 millones de toneladas por año. Es así que entre el 2019 y el 2021, la industria dejó de utilizar, en promedio, más de 1,08 millones de toneladas de esta capacidad debido a la falta de una política industrial que permita a las agroindustrias disponer de la materia prima necesaria.

En el caso de Argentina, permite a sus industrias de molienda importar materia prima agrícola de otros países bajo un régimen simplificado denominado “admisión temporaria”, que apunta a adquirir granos para procesarlos en sus fábricas. Viendo los buenos resultados que tuvo esta medida, la Cappro resalta la necesidad de replicar en nuestro país un ajuste normativo para posibilitar la importación de materia prima con fines de industrialización.

Esta admisión temporaria permitirá generar más trabajo e ingreso de divisas para nuestro país. El principal obstáculo para que la industria pueda utilizar este régimen pasa por la reglamentación del Código Aduanero que establece que los productos ingresados al país bajo este régimen deben mantenerse separados de los comprados localmente ya que, para cumplir esa exigencia, las industrias estarían obligadas a tener, tanto infraestructuras de almacenamiento exclusivas como logística segregada, encareciendo y haciendo inviable la operación.

Copiando el modelo argentino, el gremio aceitero visualiza que una modificación permitirá a la agroindustria nacional mejorar sus condiciones de competitividad sin afectar a la producción agrícola nacional, que seguirá vendiendo a la empresa o industria que le ofrezca las mejores condiciones.

La mayor parte de las materias primas agrícolas producidas en el país se exporta en estado natural, por falta de una política industrial que fomente la industrialización dentro del país. Por ello, la posibilidad de importar materias primas agrícolas de manera competitiva, bajo un régimen de admisión temporaria, permitirá a la industria aceitera procesar más, exportar más productos industrializados, y por ende, generar más empleo, más ingresos de divisas para el país y una mayor recaudación.

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