La zona oscura del Mercado de Abasto: drogas, explotación y abuso sexual en niños

El mercado central de Abasto de Asunción se convirtió en un sitio de tráfico de drogas, explotación infantil y abusos. A plena luz del día y ante la mirada de las autoridades, niños y niñas caen en las redes del microtráfico de estupefacientes. El terrible drama social no recibe una respuesta integral de por parte de las autoridades.

El Mercado de Abasto es un populoso sitio que hace 39 años reúne a miles de personas a diario para la compra-venta de productos alimenticios. Pero en los últimos años fue convirtiéndose en un aguantadero de drogadictos y delincuentes.

El principal problema de inseguridad que se tiene en el lugar es el de los jóvenes en situación de consumo que cometen diversos actos delictivos. Esta situación se agrava ante la presencia de menores de edad, que están en una situación de riesgo ante la prostitución, explotación infantil y la comercialización y consumo de todo tipo de drogas.

Tanto los permisionarios, los visitantes del Mercado de Abasto como los propios consumidores son víctimas de esta problemática que se agrava con el paso de los años. Los vendedores que trabajan en el lugar reconocen que la situación empeoró con la presencia de más personas adictas, muchas de ellas violentas y armadas con machetes.

Los comerciantes ya no pueden trabajar tranquilamente y deben abonar “peajes” para transitar por los pasillos peligrosos; aquellos comerciantes que se niegan a dar monedas se exponen a las represalias. Los asaltos ocurren a plena luz del día.

Es doloroso observar que ya no son jóvenes los adictos sino que ahora el problema abarca a niños muy pequeños. Incluso hay niñas madres que comercializan y consumen las drogas, según los testimonios recogidos por el equipo periodístico de la Caja Negra que recorrió el sitio.

Como medida de respuesta, recientemente se lanzó el programa “Despertar”, dirigido a adolescentes y jóvenes trabajadores del Mercado de Abasto, impulsado conjuntamente por la Senad, el Rotary Club de Asunción Palma, la Cámara Junior Internacional San Lorenzo, con el apoyo de la Clínica Integral Elgue y la Comuna Capitalina.

Luis Chaparro es terapeuta en el sito y ofrece su ayuda a aquellas personas que deseen dejar los vicios, pero su tarea no es nada fácil. A diario ve a adultos que trabajan alcoholizados, tales como los carretilleros, y a niños explotados laboralmente o que se drogan desde muy temprana edad con marihuana y otras sustancias. Tampoco es ajeno a las versiones que refieren que en el sitio existe la explotación sexual.

La problemática es gigantesca y abarca todos los niveles. Algunas acciones civiles se realizan en el lugar, como los voluntariados de organizaciones sin fines de lucro que se acercan para ofrecer su ayuda.

Todavía hay mucho por hacer y es momento de poner la lupa sobre el Abasto para evitar que la crisis sea aún más incontrolable.

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