Nuevas autoridades deben hacer una reingeniería a cuestionado proyecto de Marito

La viabilidad del pro­yecto de inversión del tren de molienda de Petropar, exclusivamente de caña de azúcar, se encuentra seriamente comprometida, ya que no previó aspectos claves para el funcionamiento de la planta alcoholera ubicada en Mauricio José Troche, tales como la disponibilidad de la materia prima y el sistema de tratamiento de los efluentes.

Uno de los principales puntos que se dejó de lado en el proyecto del Gobierno anterior es garantizar la provisión de la materia prima, una vez que esté en funcionamiento el nuevo tren de molienda de Petropar. Se desconoce si efectivamente los cañeros del Guairá están en condiciones de proveer la cantidad de caña de azúcar que se necesita para la ampliación de la planta en Mauricio José Troche.

Actualmente para que funcione esta alcoholera necesita 20.000 toneladas de caña de azúcar y hoy los cañeros ni siquiera pueden proveer esa cantidad a la petrolera estatal. Con la ampliación de la planta de Troche va a producir dos veces más, con lo cual la provisión debe trepar a las 60.000 toneladas de caña.

No existen garantías de que haya esa disponibilidad en el área, teniendo en cuenta de que la cantidad de hectáreas plantadas no tuvo un aumento en los últimos años, principalmente por la falta de inversión de parte de los productores. Además se hace cada vez más difícil obtener mano de obra de los llamados peladores para la cosecha.

El promedio anual  de caña de azúcar es de 45 Tn/Ha, mientras otras alcoholeras trabajan entre 90 a 120 Tn/Ha. Según datos recabados, la calidad de la caña de azúcar proveída a la planta de la zona no alcanza los estándares de calidad de los ingenios privados en vista que los mismos tienen sus propias plantaciones.

A lo anterior se suma que el proyecto original del Gobierno anterior no presupuestó una planta de efluentes CERO. Con este nuevo tren de molienda se estará generando 3.000.000 de litros/día de vinaza, un desecho tóxico que triplica lo que actualmente se genera y compromete los cauces hídricos de la zona.

Actualmente se cuenta con una planta de tratamiento de efluentes que envía al cauce hídrico la vinaza tratada con sus valores de demanda química de oxígeno dentro de los parámetros regulados por el Ministerio del Ambiente.

El proyecto debe estar listo a finales del año, pero sin una buena planta de tratamiento de afluentes, no podrá operar, porque de lo contrario necesariamente el desperdicio tendrá que tirarse a los cauces hídricos, lo cual generará un tremendo daño al medio ambiente.

De acuerdo con las estimaciones, una planta de tratamientos cuesta USD 3,5 millones. Es decir, el “elefante blanco” de Marito terminará costará USD 31,5 millones al agregarle este extra no previsto en el proyecto inicial que de momento cuesta 28 millones.

Las preguntas que surgen ahora son: ¿Qué hará el nuevo presidente de Petropar con este proyecto para no quedar pegado? ¿Podrán los cañeros abastecer la demanda todo el año? ¿Seguirán contaminando los cauces hídri­cos? ¿Pueden abortar el proyecto y pedir cárcel para los responsables del alevoso fato?

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