Ante potencial de “lucro”, las reservas son amenazadas por invasores y cazadores furtivos

Los invasores profesionales ejercen todo tipo de presiones ante el potencial de negocio que representan algunas extensiones de tierras en el campo. Ni las reservas forestales se salvan de los líderes inescrupulosos que tendrían la intención de no solo conseguir un pedazo de tierra para los sintierras, sino que lucrar con los crímenes ecológicos, como el rollotráfico o incluso la caza furtiva.

La Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, uno de los últimos remanentes de bosque de este tamaño en la Región Oriental, es uno de los sitios que se encuentra en vilo ante el riesgo de invasión por parte de un grupo de personas que desea apropiarse del área protegida, bajo el argumento de que son supuestamente tierras fiscales.

El pasado 29 de julio, 60 invasores ingresaron a la zona sureste del área protegida de la Reserva Nacional del Bosque Mbaracayú, conocida como Balanitis Cue. Según la denuncia, el líder de estos ocupantes irregulares, identificado como Silvio Paredes, llevó al lugar a hombres, mujeres y niños para instalarse en precarias viviendas.

Afortunadamente la situación fue controlada mediante la intervención de la Policía Nacional y el Ministerio Público, según el comunicado de la Fundación Moisés Bertoni, encargada de la conservación del sitio. Sin embargo, aún la amenaza sigue latente debido a que un grupo de 20 invasores se encuentra acampando en una propiedad vecina a la Reserva, en la zona de Britez Cue, distrito de Yvy Pyta.

Los responsables del sitio preservado desconocen cuáles son las intenciones de este grupo de carperos, si es que desean nuevamente ingresar al área protegida o realmente ya desistieron de sus pretensiones.

La principal presunción que se tiene es que este grupo invasor sería el mismo que constantemente ocupaba la Finca 470 de la Comunidad Indígena Aché Kuetuvy para la extracción de madera y plantaciones ilegales, por lo que existe el temor de que los inescrupulosos busquen deforestar el área protegida.

Desde la fundación Moisés Bertoni lamentaron que los invasores estarían siendo alentados por líderes inescrupulosos, quienes desinforman y mienten al afirmar que dichas tierras son excedentes fiscales, ya que las 64.406 hectáreas de la reserva natural están tituladas e inscriptas en la Dirección General de los Registros Públicos. No es algo nuevo que personas desconocidas visiten estas reservas con fines deplorables. Además de aquellas que buscan instalarse en estos grandes terrenos boscosos, están las que

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