Capasa: por años hicieron “vito” de la plata en histórica compañía que casi fue a la ruina
Por varios años, CAPASA -una empresa del Estado dedicada al rubro de producción de caña paraguaya- quedó relegada al completo abandono por parte de las autoridades, y pese a la terrible situación que atravesaba con la baja producción y ventas, era usada por los exdirectivos como una financiera al otorgarse préstamos millonarios de la propia compañía. Hoy la situación cambió rotundamente y la firma va mostrando una cara renovada.
Cañas Paraguayas Sociedad Anónima (Capasa) es una empresa productora de los blend de cañas más reconocidas del país. Su rica historia se origina a través de una asociación de destilerías en el año 1909, y con el transcurrir de las décadas, la firma ubicada en el microcentro capitalino consiguió posicionar sus marcas orgullosas de su tradición, siendo la más conocida la Aristócrata. Sin embargo, en los últimos tiempos la otrora gran productora nacional fue dejada de lado y sus directivos hicieron de las suyas en la compañía paraguaya.
El abogado e historiador José Ocampos, actual presidente de Cañas Paraguayas S.A., tiene a su cargo la administración del emblemático ente estatal. El mismo llegó a la institución con el desafío de levantarla y posicionarla tanto a nivel nacional como internacional.
Ni bien llegó a Capasa se enfrentó a la terrible desidia dejada por sus antecesores, con millonarias deudas, poco dinero en caja, baja producción y llamativos créditos otorgados a exdirectivos y funcionarios de la empresa por casi 500 millones de guaraníes. Además se entregaron anticipos desde 1 millón de guaraníes hasta 200 millones a varios trabajadores, pero la compañía no recuperó un solo guaraní de lo prestado y adelantado. Estos préstamos se vienen dando desde el año 2004, e inclusive se siguió registrando en el 2022.
Con Ocampos al frente de Capasa, se espera recuperar el dinero de la empresa, además de posicionar nuevamente la marca en el mercado y en la preferencia de los consumidores, y para ello ya se dieron importantes pasos con miras a concretar ese objetivo.
La fábrica de la compañía paraguaya tiene cuatro líneas de producción, de las cuales solo una estaba en funcionamiento con el desarme y desguazamiento de las otras tres líneas. En solo dos meses que asumió la nueva administración, se pudieron poner en marcha las cuatro máquinas antiguas después de más de 20 años que estaban sin producir en su completa capacidad.
Esto permite realizar una producción al mismo tiempo de petacas, etiqueta negra, azul, roja e inclusive agregar un producto más: el ron. Actualmente, el stock de productos llega hasta el techo. Además se amplió la lista de distribuidores, poniendo fin al arbitrio con el que se manejaba su único distribuidor.
Según los números oficiales, en octubre de 2022 Capasa vendió 249.000 unidades. En octubre de 2023, la cifra subió a casi 5 millones de unidades, por lo que hubo un 5000 % de crecimiento en este negocio de la caña.
Cuando Ocampos llegó a Capasa, había 185 millones de guaraníes en caja y, en solo tres meses de gestión, el monto trepó a nada más y nada menos que 5.700 millones de guaraníes, lo cual demuestra el compromiso del Gobierno en sacar a flote a la olvidada empresa estatal.
ASPECTO SOCIAL, CULTURAL E HISTÓRICO
La compañía posee un tremendo componente social, ya que genera trabajo a casi 40 mil personas de los departamentos cañeros de Guairá, Caazapá, Cordillera y Paraguarí, en contrapartida a la mano de obra mecanizada de la competencia en el sector privado. De esta manera, Capasa se configura en el sostén que evita que gran parte de las personas pasen a formar parte del cordón de pobreza de Gran Asunción.
A la par de recuperar la compañía, la nueva administración está poniendo a punto el museo en el sitio denominado Centro Histórico Aristócrata, además de la ruta de la caña que se está armando en Asunción. Asimismo, está buscando poner en funcionamiento el ascensor que funcionaba hace treinta años.
Al parecer del presidente de Capasa, faltaba patriotismo y actitud para llevar adelante la empresa cuyo producto tiene una arraigada presencia como marca país. Y deja en claro que con empeño se puede mejorar la situación de la firma, por lo que rechaza la posibilidad de privatizar la compañía estatal.
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