Desidia total: falta de control golpea a la industria local y pone en riesgo la imagen país

Carga de cocaína incrustada en bolsas de azúcar orgánica. Foto: Gentileza

Las Bandas criminales contaminan cargas lícitas que son exportadas desde Paraguay al mundo. Megacarga de cocaína encontrada en bolsas de azúcar ya genera pérdidas al sector azucarero y el mercado de azúcar orgánico en Estados Unidos corre riesgo debido a peligro de “cargas contaminadas”. Sector industrial advierte que perderán mercados conquistados tras años de esfuerzo, ante la ausencia del Gobierno.

En bolsas de carbón, en latas de pintura y hasta en medio de azúcar; las bandas criminales del narcotráfico camuflan sus sustancias ilícitas y quitan provecho de los casi nulos controles, establecidos para el tránsito de productos de diversos rubros. 


El hallazgo de la semana pasada de 3.416 kilos de cocaína en un depósito en la ciudad de Fernando de la Mora, puso nuevamente de relieve la imperiosa necesidad de implementar verificaciones más rigurosas para evitar que sustancias ilícitas sean enviadas al extranjero en los contenedores simulando ser productos lícitos.


En la industria paraguaya existe mucho temor ante la posibilidad de perder mercados internacionales, los cuales fueron conquistados por las empresas formales que se esmeraron mucho para posicionarse frente a los demás competidores extranjeros. 


Ariel Felippo, secretario del Centro Azucarero y directivo del ingenio de azúcar orgánica Otisa, advirtió en entrevista con radio UNO que el hallazgo del cargamento tuvo resonancia internacional y que golpea mucho al sector.

 
El rubro del azúcar orgánica, que es la niña bonita del Paraguay en cuanto a exportaciones, sufrió el baldazo de agua fría tras detectarse la droga camuflada en bolsas de este producto. En ese sentido, el primer e inmediato impacto fue la decisión de los Estados Unidos de realizar una fiscalización de los productos de azúcar llevados desde el Paraguay y cuyo costo recaerá en el importador, rondando los 50 dólares la tonelada.


Este agregado representará el 10% del valor total del producto, lo cual terminará restando competitividad al productor paraguayo, al ya no ser rentable comprar de nuestro país. Lo grave de la situación es que esto puede extrapolarse a otros rubros, por lo que el Gobierno debe preocuparse y, por sobre todo, ocuparse de esta cuestión. 


Al respecto, el presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, expresó a la misma emisora radial que existe una preocupación constante en las empresas exportadoras o importadoras porque están expuestas a ser víctimas de la narcodelincuencia y además sufren el asfixiante contrabando.


El empresario abogó por dotar de mayor tecnología los puertos para evitar perjudicar la marca país con la práctica instalada por los “contaminadores” de las cargas. 


En tal sentido, la Dirección Nacional de Aduanas cuenta con tres escáneres móviles que funcionan con camiones de gran porte, pero que ya están obsoletos. Por ello, la institución anunció la adquisición de nuevos aparatos con capacidad de controlar 150 contenedores por hora y además promete implementar cercos o patios de control no intrusivo que van a estar instalados en lugares concéntricos. 


Uno de ellos podría funcionar en el predio del Comando Logístico de las FFAA, ubicado en Mariano Roque Alonso, para controlar allí los camiones que irán a los puertos de Caacupemí, Fénix y San José. La idea es colocar en ese sitio un precinto electrónico a las cargas para que no sean abiertas durante el traslado al puerto.


Pero además de saber lo que sale del país, urge controlar todo lo que ingresa. En medio de la desidia total, los manguruyuses –aquellos financistas del contrabando- operan impunemente. Sin embargo, para el ministro Emilio Fúster, coordinador de la Unidad Interinstitucional para la Prevención, Combate y Represión al Contrabando (UIC), el flagelo del ingreso ilegal de mercaderías está “disminuyendo”, más allá de que los controles no puedan ser efectivos en un 100%. Esto para nada es compartido por el sector que es fuertemente golpeado por las mercaderías de contrabando que “inundan” el mercado local.


El gran esfuerzo de la industria paraguaya puede derrumbarse en un abrir y cerrar de ojos, y el Gobierno tiene la obligación de proteger los mercados internacionales conquistados y además garantizar que ya no ingresen productos de contrabando al territorio nacional. Es hora de cambiar el rostro al país y poner fin a la desidia e impunidad.

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