Inversión pública: más dinero para obras, menos para programas sociales

Los ejes prioritarios del Gobierno en cuanto a la inversión social deberían ser las viviendas sociales, la infraestructura educativa y la salud. Sin embargo, durante la administración de Mario Abdo Benítez la mayor cantidad de recursos fue a parar a las obras públicas, específicamente las rutas.

A la crisis política que atraviesa el país, se suma la económica, a raíz de la crisis laboral y la notoria disminución en los ingresos monetarios en la población en general. Esto se da en medio de programas sociales de casi nulo impacto, a consecuencia de los irrisorios montos que se destinan a ese fin.

La inversión social representa el total de recursos financieros destinados dentro del Presupuesto General de la Nación a las actividades orientadas a la Promoción, Protección y Desarrollo Social. Se compone de varios sectores de la Administración Central entre los cuales se encuentran las áreas de promoción y acción social, salud, educación y cultura, vivienda y seguridad social. Su importancia radica en que la finalidad de estos programas sociales busca reducir la pobreza y la desigualdad. 

En ese sentido, según datos del Ministerio de Hacienda, en cuanto a la inversión social se ve que la mayor cantidad de recursos se destina a las obras públicas, y el resto se distribuyen en Salud, Educación y Viviendas Sociales.

De enero a septiembre del 2022, de los 765,9 millones de dólares destinados a la inversión pública, el 73% fue al MOPC (unos 556,6 millones de dólares) para las obras viales, tales como el Corredor Bioceánico, la Ruta 9, el puente Chaco’i, el Tramo Pozo Colorado-Concepción, entre otros. En tanto que solo el 10% (85,3 millones de dólares) fue para las viviendas sociales y becas; el 7% para los Juegos Odesur; el 6% para Salud y un 4% para la Educación.

La abismal diferencia entre las inversiones que hace el Estado se traduce con más paraguayos sumidos en la pobreza. Es así que cuando Mario Abdo asumió el poder había 1.680.000 personas en situación de pobreza, y al cierre del 2021 la cifra trepó a 1.951.000, según el Instituto Nacional de Estadísticas. 

Así también aumentó el desempleo. Durante el segundo trimestre de este año, las personas clasificadas como desocupadas fueron alrededor de 249.983, de las cuales cerca de 126.751 fueron hombres (51%) y 123.232 mujeres (49%), según el informe de la Encuesta Permanente de Hogares Continua del INE.

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