Ninguneada del gobierno: cementerio de motos en cuartel del Grupo Lince

Demostración de los egresados del Grupo Lince. Foto: Archivo.

De ser considerado un grupo de élite, la Unidad de Operaciones Tácticas Motorizadas de la Policía Nacional, más conocida como Lince, se encuentra actualmente abandonada a su suerte. Sufrió el recorte de sus beneficios y sus móviles están descompuestos, lo cual repercute en la lucha contra los hechos delictivos en la vía pública.

Mientras crece la inseguridad en las calles, el Grupo Lince sufre la falta de apoyo de las actuales autoridades. La unidad especializada de la Policía Nacional tiene varias motocicletas fuera de servicio y no cuenta con el presupuesto para repararlas.

La creación de este grupo pudo ser posible gracias a la ayuda de la Binacional Yacyretá, la cual otorgó 300 motocicletas inicialmente. Según el comisario Gustavo Ruíz Díaz, jefe del Grupo Lince, esta institución sigue apoyando a la Policía Nacional en el arreglo de las motos averiadas. Sin embargo, videos captados en el cuartel general muestran un verdadero “cementerio” de estas motocicletas. En las imágenes se observa una veintena de motos llenas de polvo, amontonadas, en dos salones.

Esta triste imagen demuestra la verdadera desidia del Gobierno, el cual en vez de fortalecer las operaciones de los uniformados, los desmoralizan al no poner en condiciones sus elementos de trabajo.

Inclusive a lo anterior se suma el recorte de los beneficios de los “linces”, quienes pese a trabajar más horas de corrido, pasaron de percibir G. 1.500.000 a solo G. 600.000 en concepto de plus. Esta medida únicamente genera un desanimo en las filas policiales del grupo, que una vez fue la “niña bonita” de la institución y donde todos los agentes policiales querían prestar sus servicios.

Lo agravante de las medidas adoptadas por la administración del ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, es que finalmente la gente es la que sufre a consecuencia de la ola de inseguridad. Si bien las autoridades aseguran que no bajó el porcentaje de las operaciones del grupo Lince en la vía pública, la percepción ciudadana es completamente contraria, al no sentir una fuerte presencia de los uniformados en las zonas más conflictivas, como anteriormente sí se daba.

Hasta tanto el Gobierno no se ponga las pilas y brinde el apoyo requerido, los “linces” seguirán ausentes en las calles y la ciudadanía a merced de los malvivientes que acechan a sus víctimas en las calles.

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